La sede central del Museo de Arte Costarricense es la vieja terminal del antiguo aeropuerto de La Sabana.
El inmueble es de estilo neocolonial, lenguaje arquitectónico que se utilizó con frecuencia durante las primeras décadas del siglo XX.
Se caracteriza por tener complejos volúmenes, muros blancos, puertas y ventanas con molduras, tejas, arcos de medio punto, balcones, rejas forjadas y maderas talladas para sus detalles ornamentales.
El arquitecto José María Barrantes Monge llevó a cabo el diseño arquitectónico y el ingeniero Luis Paulino Jiménez Montealegre se encargó del diseño estructural y de su construcción. El artista Louis Féron tuvo a su cargo el diseño de la decoración arquitectónica del edificio. Esta fue una de las obras más significativas de la administración de León Cortés (1936-1940).
El edificio funcionó como terminal aérea internacional hasta 1958, año en que el aeropuerto internacional se trasladó a su actual sede ubicada en Alajuela. Iniciada la década de 1970 se puso en marcha el proyecto de transformar La Sabana en un parque de recreación y esparcimiento público.
Las autoridades gubernamentales, conscientes del valor patrimonial del inmueble y del mural del Salón Diplomático, consideraron que sería una buena sede para alojar al Museo de Arte Costarricense y, a la vez, que éste se inscribiera dentro del nuevo carácter que se quería para el parque La Sabana. De esta manera, se aseguraron también conservarlos y ponerlos al disfrute del público. El 3 de mayo de 1978 se inauguró el Museo de Arte Costarricense.
El 11 de diciembre de 1986 se promulgó el decreto ejecutivo Nº 17.338-C, que declaró este edificio como inmueble patrimonial de valor histórico arquitectónico.
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